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Insomnio

31 de diciembre, 6:47 AM y no puedo dormir. Me despertó la sed y he estado dando vueltas en la cama por casi ya dos horas. Prendí y apagué la televisión un par de veces. Dr. House también tiene insomnio.

Se me cierran los ojos, la cabeza me empieza a doler, pero por alguna extraña razón no concilio el sueño. Me asaltan cualquier cantidad de pensamientos: La pintura; cómo separaré la sala de mi cuarto, ¿mi madre se encontrará bien?; ¿estará dormida?; el gato del vecino maulla siempre de madrugada; mi ex novio en París con su europea esa; la ambulancia; ¿me hará daño la humedad?; mi casa está hecha un asco; la debo limpiar antes de año nuevo; creo que mi compu, mi perro y yo estamos enfermos...

He decidido escribir un poco para ser, por lo menos, algo productiva. Creo que todos esos temas se desbordan de mi mente por ser el fin de año. Siento la necesidad de resolver todo lo pendiente de un jalón. Pero, ¿cómo puedo terminar todo si llevo días, semanas y en algunos casos años, tratando de dar cierre a lo que me atormenta esta noche?

En mi casa, y para mí en especial, el año nuevo siempre ha sido una oportunidad, oportunidad para ser mejor en todos los sentidos, dar pie a nuevas metas, cumplir las que no se pudieron, definir nuevas perspectivas, aprender algo más, renacer.

Pero este año que se va para mí es un poco diferente. Claro que tengo muchas bendiciones y alegrías; aprendizajes y lecciones; un sinfín de cosas que agradecer. Sin embargo, no puedo dejar de sentir un algo que me hace apretar la mandíbula, tragar saliva, respirar profundo y pretender que todo estará bien.

Y por favor, no me tomen por quejumbrosa o llorona. No es el sentido de esto. Es sólo que este año, como todos mis años, terminé con enseñanzas fuertes y valiosas.

Aprendí que amo a mi madre, que un muerto puede resucitar, que el amor se modifica, que no es conveniente ser amante, que tengo muchas áreas de oportunidad en mi trabajo, que la familia es sumamente importante, que hay personas con mayores tristezas que la mía, que los amigos se convierten en hermanos, que puedes perder a los hermanos, que el dolor se puede tragar para seguir adelante, que eso te hace crecer y ser mejor persona, que mi mayor ilusión también me puede traer enormes momentos de abatimiento y daños colaterales.

Se cierra el 2009, y a las 12 de la noche de hoy, veré a mucha gente corriendo en la calle con sus maletas, barriendo la acera, subiendo y bajando escaleras. A la distancia, estaré inmersa en mis pensamientos, apretando la mandíbula una vez más y dando gracias a mi Dios de todo con lo que me colmó este año, pidiéndole sólo nobleza y humildad y haciendo un sólo propósito: Ser una mejor Fernanda cada día.

2 comentarios:

Jacka [Killer Queen] dijo...

Me encantó tu reflexión, gracias por compartirla (=

Y me sentí tan identificada con esa sensación.

Que el 2010 sea un año de respuestas, cierres y comienzos sonrientes.

¡Un abrazo!

Blue4 dijo...

Mmmm poniéndome al corriente. No había leído éste, y creo que es justo lo que necesitaba leer hoy que amanecí tristona :(. Te quiero piñas!!!